Lo que se calla en las empresas

El efecto de que los colaboradores no hablen

¿Sabías que hay una gran diferencia entre guardar silencio y callar?

Guardar silencio nos permite escuchar a otros atentamente, estar con nosotros mismos, darnos un espacio de reflexión, y a partir de ahí determinar nuestro actuar al respecto: dar nuestra opinión, tomar una decisión, hablar de lo que nos gusta o no nos gusta, si estamos de acuerdo o no, etc. Al final hay una posiblidad de abrir o continuar una conversación que nos lleve a la realización de un objetivo que nos hemos plateado al desarrollar esa conversación.

El callar significa que tengo mis conversaciones privadas, que al final no las comunico y probablemente está quedando una conversación incompleta; lo que se traduce en una relación en la cual hay muchas cosas que se presuponen o se dan por hecho. 

El impacto de callar

Para un líder esto es peligroso ya que puede estar tomando decisiones que aparentemente su equipo de trabajo apoya, sin embargo en el callar de sus colaboradores quedan pensamientos contrarios, lo que no significa que en lo decidido estén de acuerdo.  

Durante las conversaciones se generan brechas entre lo que los interlocutores piensan y lo que dicen. No necesariamente debemos decir todo, sin embargo, cuando esas brechas van creciendo, la efectividad del quehacer del grupo queda comprometida ya que aspectos importantes quedan callados.

La situación anterior genera la necesidad de que un equipo de trabajo orientado al alto desempeño el callar no sea una de las características que lo definen, sino al contrario, que exista la posibilidad de hablar las cosas abiertamente, de manera honesta, de dar y recibir feedback, decirlo que se piensa y siente ante cierta situación o posiblidad de acción.

La raíz del cambio

No olvidemos que las empresas son entes conversacionales, lo que significa que las decisiones, las actividades diarias, las acciones e inclusive la misma c

onstitución de la empresa derivan de las conversaciones que sostienen las personas involucradas en las mismas.

Como coach encuentro con frecuencia que, una de las razones principales por las que los directivos de las empresas toman la decisión de que desarrollemos un programa de intervención integral en su equipo directo de trabajo, es el gran área de oportunidad que existe, ante la imperiosa necesidad de que entre los miembros del equipo exista un diálogo claro, directo, honesto, que genere cohesión, retroalimentación y confianza.

Si queremos examinar la comunicación dentro de una empresa, no basta, con prestar atención a lo que las personas dicen, ni incluso a la manera como se escuchan mutuamente, es igualmente importante preocuparse por lo que no se dicen. Los miembros del equipo no sólo callan lo que piensan, también callan el hecho de que callan.

Una de las actividades que realizo al estar trabajando con los equipos, es observar cómo interactúan sus miembros entre sí, bajo determinada situación. Basta observar durante 5 minutos el desarrollo de una junta de trabajo para darnos cuenta, quién habla, quién decide, quién opina y también, quién sólo toma café sin participar, etc. Es decir, hay elementos evidentes de la manera en que se relacionan las personas y el callar que trae consigo.

Diagnóstico de mi equipo

Te invito a realizar un breve diagnóstico a partir de que observes la particular manera de trabajar de tu equipo.

Si encuentras menos de 3 respuestas positivas a las siguientes preguntas, es momento de que reflexiones, si estás dispuesto a una transformación en la cultura de trabajo: 

1. ¿En las reuniones de trabajo se permite la discrepancia de las ideas de las personas como una forma de entender otras maneras de hacer las cosas?

2. ¿La aportación a la empresa de los miembros que la integran va más allá del trabajo sistemático diario?

3. ¿Hay un clima de respeto escucha efectiva de las ideas y opiniones de sus miembros cuando las plantean?

4. ¿Se legitima el error como una posibilidad de aprendizaje  y no como medio para señalar culpables y repartir castigos?

Conclusión

En la medida que los miembros de un equipo de trabajo converse abiertamente, les permitirá entablar conversaciones efectivas con los demás acerca de nuevas posibilidades de acción, tomar nuevos riesgos e innovar; despojándose de sus ataduras a permanecer callados.

Mario Cardeña

Coach Empresarial, Director de CR Consulting Group International

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